San José, esposo de María y padre de Jesús.
Inicio de cada día:
Acto de Contricción
Patriarca Santo, bendito San José,
custodio de los desamparados
aquí humildemente llegamos
arrepentidos de nuestros pecados.
Oye nuestros ruegos, no nos abandones,
bríndanos siempre tu protección.
custodio de los desamparados
aquí humildemente llegamos
arrepentidos de nuestros pecados.
Oye nuestros ruegos, no nos abandones,
bríndanos siempre tu protección.
Haz que en el cielo, nuestras oraciones
sean acogidas y tengan valor.
sean acogidas y tengan valor.
Tu que gozas de eterna gloria,
donde se siente perfecto amor,
ven y refléjate en nuestra memoria
cuando nos amargue la tentación!
Porque nuestro ruego se acomoda
si a ti lo enviamos conmovidos de corazón,
Porque no en vano la iglesia toda,
te ha declarado su protector.
donde se siente perfecto amor,
ven y refléjate en nuestra memoria
cuando nos amargue la tentación!
Porque nuestro ruego se acomoda
si a ti lo enviamos conmovidos de corazón,
Porque no en vano la iglesia toda,
te ha declarado su protector.
Amen.
Después de la visita de los magos de Oriente, Herodes el tirano, lleno de envidia y obsesionado con su poder, quiso matar al niño. San José escuchó el mensaje de Dios transmitido por un ángel: «Levántate, toma contigo al niño y a su madre y huye a Egipto; y estate allí hasta que yo te diga. Porque Herodes va a buscar al niño para matarle.» Mateo 2:13. San José obedeció y tomo responsabilidad por la familia que Dios le había confiado.
---
San Bernardino de Siena nos enseña: "... siendo María la dispensadora de las gracias que Dios concede a los hombres, ¿con cuánta profusión no es de creer que enriqueciese de ella a su esposo San José, a quién tanto amaba, y del que era respectivamente amada? " Y así, José crecía en virtud y en amor para su esposa y su Hijo, a quién cargaba en brazos en los principios, luego enseñó su oficio y con quién convivió durante treinta años.
---
---
Bendito y glorioso Señor San José, patriarca amable, padre indulgente y amigo compasivo de los que sufren.
Por aquella amarga tristeza de la que fue presa tu sensible corazón cuando viste los sufrimientos de niño salvador, con mirada profética contemplaste su ignominiosisima pasión y muerte, en piedad te lo pedimos.
Tu que eres el protector de los huérfanos y desvalidos, el abogado de los que no lo tienen, el patrón de cuantos han sido desolados. No deseches pues, la humilde plegaria de estos hijos.
A ti, oh Santo nuestro, imploramos tu piedad con nuestra fervorosa oración. Sin mirar nuestra suma indignidad obtennos cuanto en ella te pedimos, mejorando lo que encerrase de imperfecto y enderezando lo que no sea de tu agrado. Estamos seguros de que no dilataras el cumplimiento de nuestros clamores y peticiones siendo tan grande nuestra fe en la eficacia de tu excelso patrocinio, que al verla te obligaras a darnos más de lo que pedimos y son nuestros deseos.
---
Te lo imploramos por la dolorosísima y humillante circuncisión de tu Jesús, y por el santo y dulcísimo nombre que le impusisteis por orden del Eterno para consuelo, amor y esperanza nuestra.
Te lo demandamos por tu sobresalto al oír del Ángel la muerte decretada contra tu Hijo Dios, por tu obedientísima huida a Egipto, por las penalidades y peligros del camino, por la pobreza del destierro, y por tus ansiedades al volver de Egipto a Nazaret.
Te lo pedimos por tu aflicción dolorosa de tres días al perder a tu Hijo, y por tu consolación suavísima al encontrarle en el templo; por tu felicidad inefable de los treinta años que vivisteis en Nazaret con Jesús y María sujetos a tu autoridad y providencia.
---
¡Oh mi buen Padre! Te pedimos que te dignes oírnos y concedernos lo que te pedimos:
(Aquí levantando el corazón a lo alto, enfervorizando los afectos se le pedirá con tierno afán, con dulce empeño y con amorosa porfía lo que se desea).
Y se terminara rezando
Luego se dice:
---
Concédenos también para aquellos que se encomiendan a nuestras oraciones, lo que les sea útil conforme a los designios de Dios, y por ultimo se nuestro dulce Protector y de aquellos que amamos en nuestra ultima hora, para que de este modo todos juntos cantemos en el cielo las glorias de Jesús, María y José. Por Jesucristo Nuestro Señor. Amen.
Amén.
(Aquí levantando el corazón a lo alto, enfervorizando los afectos se le pedirá con tierno afán, con dulce empeño y con amorosa porfía lo que se desea).
Lee tus intenciones en este momento.
Y se terminara rezando
Padre Nuestro, Ave Maria y Gloria.
Luego se dice:
---
Concédenos también para aquellos que se encomiendan a nuestras oraciones, lo que les sea útil conforme a los designios de Dios, y por ultimo se nuestro dulce Protector y de aquellos que amamos en nuestra ultima hora, para que de este modo todos juntos cantemos en el cielo las glorias de Jesús, María y José. Por Jesucristo Nuestro Señor. Amen.
Amén.
No hay comentarios:
Publicar un comentario