San José, testigo con María del nacimiento de Cristo.
San José, testigo con María del nacimiento de Cristo.
Inicio de cada día:
Acto de Contricción
Patriarca Santo, bendito San José,
custodio de los desamparados
aquí humildemente llegamos
arrepentidos de nuestros pecados.
Oye nuestros ruegos, no nos abandones,
bríndanos siempre tu protección.
custodio de los desamparados
aquí humildemente llegamos
arrepentidos de nuestros pecados.
Oye nuestros ruegos, no nos abandones,
bríndanos siempre tu protección.
Haz que en el cielo, nuestras oraciones
sean acogidas y tengan valor.
sean acogidas y tengan valor.
Tu que gozas de eterna gloria,
donde se siente perfecto amor,
ven y refléjate en nuestra memoria
cuando nos amargue la tentación!
Porque nuestro ruego se acomoda
si a ti lo enviamos conmovidos de corazón,
Porque no en vano la iglesia toda,
te ha declarado su protector.
donde se siente perfecto amor,
ven y refléjate en nuestra memoria
cuando nos amargue la tentación!
Porque nuestro ruego se acomoda
si a ti lo enviamos conmovidos de corazón,
Porque no en vano la iglesia toda,
te ha declarado su protector.
Amen.
Llegó el momento para S. José y María de partir hacia Belén para apadronarse según el decreto del Cesar. Esto vino en muy difícil momento ya que ella estaba encinta.
En Belén tuvo que sufrir con La Virgen la carencia de albergue hasta tener que tomar refugio en un establo. Allí nació el hijo de la Virgen.
El atendía a los dos como si fuese el verdadero padre. Cual sería su estado de admiración a la llegada de los pastores, los ángeles y mas tarde los magos de Oriente. Referente a la Presentación de Jesús en el Templo, San Lucas nos dice: "Su padre y su madre estaban admirados de lo que se decía de él".(Lucas 2:33).
El atendía a los dos como si fuese el verdadero padre. Cual sería su estado de admiración a la llegada de los pastores, los ángeles y mas tarde los magos de Oriente. Referente a la Presentación de Jesús en el Templo, San Lucas nos dice: "Su padre y su madre estaban admirados de lo que se decía de él".(Lucas 2:33).
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José, con María, es testigo privilegiado del nacimiento de Jesús en este mundo, a quien acoge como hijo suyo, en una situación de suma pobreza y anonadamiento, a pesar de ser el Salvador del mundo, como le había revelado el ángel. En calidad de marido acompaña constante a María y en calidad de padre recibe al hijo nacido de su esposa, engendrado por el Espíritu Santo.
Asimismo es testigo de la adoración de los pastores y escucha maravillado, como María, lo que dicen de aquel Niño. San Lucas resalta la alegría que llevaron los pastores a la gruta, que expresan en tales términos que José y María se maravillan de lo que oyen. José estaba admirado de lo que sentía decir de aquel Niño, hijo suyo. Esta actitud admirativa, de José ante las maravillas cantadas, forma parte de su personalidad. Un aspecto muy importante de su persona y de su sensibilidad.
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¡Oh amabilísimo Patriarca, Señor San José! Desde el abismo de nuestra pequeñez, dolor y ansiedad, te contemplamos con emoción y alegría de nuestras almas en tu solio del cielo, como gloria y gozo de los Bienaventurados, pero también como padre de los huérfanos en la tierra, consolador de los tristes, amparador de los desvalidos, gozo y amor de tus devotos ante el trono de Dios, de tu Jesús y de tu santa Esposa.Por eso nosotros, pobres, desvalidos, tristes y necesitados, a Vos dirigimos hoy y siempre nuestras lágrimas y penas, nuestros ruegos y clamores del alma, nuestros arrepentimientos y nuestras esperanzas; y hoy especialmente traemos ante tu altar y tu imagen una pena para que consueles, un mal para que remedies, una desgracia que impidas, una necesidad que socorras, una gracia que obtengas para nosotros y para nuestros seres queridos.
Y para conmoverte y obligarte a oírnos y conseguírnoslo, te lo pediremos y demandaremos durante treinta días continuos en reverencia a los treinta años que viviste en la tierra con Jesús y María, y te lo pediremos, urgente y confiadamente, invocando los títulos que tenés para compadecerte de nosotros y todos los motivos que tenemos para esperar que no dilates el oír nuestra petición y remediar nuestra necesidad; siendo tan cierta nuestra fe en tu bondad y poder, que al sentirla te sentirás también obligado a obtener y darnos más aún de lo que pedimos y deseamos.
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Te lo pedimos por aquella misericordia infinita que indujo al eterno hijo de Dios a asumir nuestra flaca naturaleza y nacer en este mundo de penas y de miserias.
Te lo pedimos por aquella hondísima amargura que embargo tu amante corazón, cuando ignorando el misterio de la encarnación no sabias si abandonar o no a la Purísima Virgen María.
Te lo pedimos por la ansiedad que experimentaste, cuando en vano buscaste en las posadas de Belén un albergue para tu esposa Inmaculada en un lugar donde siquiera pudiera nacer el niño Dios, y cuando siendo rechazado de todas partes te viste en la purísima necesidad de consentir que la Reina del Cielo diese a luz al Redentor del mundo en un miserable establo.
Te lo pedimos por la angustia indefinible que llenó tu corazón, cuando el ángel a deshora de la noche, entregado que estabas al reposo, te notificó que el Niño Jesús era buscado por sus enemigos, de orden del cruel Herodes.
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¡Oh nuestro buen Padre! Te pedimos que te dignes oírnos y concedernos lo que te pedimos:
(Aquí levantando el corazón a lo alto, enfervorizando los afectos se le pedirá con tierno afán, con dulce empeño y con amorosa porfía lo que se desea).
Luego se dice:
¡Oh mi buen San José! Inspirados en las enseñanzas de la Iglesia Santa y de sus Doctores y Teólogos y en el sentido universal del pueblo cristiano, sentimos en nosotros una fuerza misteriosa, que nos alienta y obliga a pedirte y suplicarte y esperar que obtengas ,de Dios la grande y extraordinaria gracia quehemos puesto ante este tu altar e imagen y ante tu trono de bondad y poder en el Cielo.
Confiados en la misericordia de Dios y en la Alianza que tenés con tu HIjo. la esperamos, Santo Patriarca. Por Jesucristo Nuestro Señor. Amen.
Amén.
(Aquí levantando el corazón a lo alto, enfervorizando los afectos se le pedirá con tierno afán, con dulce empeño y con amorosa porfía lo que se desea).
Lee tus intenciones en este momento.
Y se terminara rezando
Padre Nuestro, Ave Maria y Gloria.
Luego se dice:
¡Oh mi buen San José! Inspirados en las enseñanzas de la Iglesia Santa y de sus Doctores y Teólogos y en el sentido universal del pueblo cristiano, sentimos en nosotros una fuerza misteriosa, que nos alienta y obliga a pedirte y suplicarte y esperar que obtengas ,de Dios la grande y extraordinaria gracia quehemos puesto ante este tu altar e imagen y ante tu trono de bondad y poder en el Cielo.
Confiados en la misericordia de Dios y en la Alianza que tenés con tu HIjo. la esperamos, Santo Patriarca. Por Jesucristo Nuestro Señor. Amen.
Amén.
Propósito del día
otros días de oración:
Me encanta rezar esto con mi esposa, desde que éramos novios 💏 🙏
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